En los más de 19 años que llevamos dedicados a enseñar italiano hemos escuchado infinidad de veces:

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"Uy, si vieras, me hablan en italiano lo entiendo todo, pero no me hagas hablarlo porque ahí sí me atoro".

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Esta frase no es inofensiva. Es el reflejo de una enseñanza y/o aprendizaje (no son lo mismo) mal orientada.
 

Todos tenemos fortalezas naturales, pero debemos crecer lo más armónicamente posible. Si voy al gimnasio y entreno todos los días el brazo derecho, y me olvido del izquierdo, creceré deforme. Cada adquisición nueva de vocabulario o de gramática debe conducir a que pueda entender cuando leo o escribo, y pueda comunicarme de forma escrita u oral con ese nuevo dato.
 

Y aunque en cada curso de gramática se cuida esto, tenemos también un espacio específicamente orientado a la producción oral: los cursos de conversación. En ellos partimos de un texto - pretexto o un video y el profesor debe fungir más como facilitador, verificar que el grupo hable, que se respeten los turnos para hablar y que todos hablen en una actitud cooperativa y propositiva. Pero el éxito de la reunión se da siempre, y es gracias al  el deseo de  mejorar las habilidades por parte de los asistentes.
 

En nuestros cursos de conversación participan personas que aprendieron el italiano pero no han encontrado dónde practicarlo y sienten que pierden habilidades con el paso del tiempo al no utilizar esos conocimientos.
 

Igualmente personas que lo están aprendiendo pero, al estar en grupos numerosos, tienen pocas oportunidades de probar a comunicarse en un ambiente seguro y que les ayude a mejorar en su expresión oral.
 

Por sus características propias los alumnos más avanzados llevan la batuta, para que practiquen, y los alumnos de nivel básico pueden ir de oyentes y participar poco a poco. Pero todos salen aprendiendo y llevándose mucho vocabulario y mejorando su capacidad de hablar en italiano.
 

Date esa oportunidad comunícate y pronto podrás decir: "Sì, parlo italiano!"